lunes, 29 de noviembre de 2010
Trayecto
Termina el día. En mi cuerpo sobran espacios de conocimiento y de dinero, que deseo llenar con lecturas y trabajo. Por estos lugares la suerte depende de los actos que mi mente dirija; es decir, no hay tal suerte. Las luces del faro corroen la perfecta oscuridad del exterior, opacándose en la luz artificial del techo. Podríamos dormir todos y que los barcos dieran vueltas interminables, como cubriéndonos de los pasos y los miedos que brotan encima de nosotros. Llegar a ningún lugar definido. Dormir en el regazo del inframundo.
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