sábado, 25 de septiembre de 2010

Regresión

En medio del silencio apreté firme mi mano. Los sonidos del exterior fueron fantasmas que se plegaron hacia otros planos, entregándome un paisaje libre. Sentí los pies en la tierra y cerré los ojos. Él no estuvo conmigo, lo que había inventado de su cuerpo había desaparecido.

En el cielo volaron mariposas; el sol brilló sobre mi cara derruida. Más que nunca, fue el momento para levantarme de la tierra.

El agua no tocó mi cuerpo.

Él había dejado de existir.

martes, 14 de septiembre de 2010

Go Slowly

Aquí, acércate lentamente... Acércate lentamente hacia mí. He estado esperando paciente, pacientemente... No lo hacía, pero ahora puedo ver...

Que hay una manera de escapar.
Hay una manera de escapar...

Hay una manera de escapar.
Hay una manera de escapar.
Hay una manera de escapar...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Recodos

Hoy te quedaste sin historias, sin pautas en las que pensar y masticarlas recostado. Tenías sueño y pensabas en él; millones de mundos que se ramificaban de su cuerpo. Los recuerdos se agolpaban con rapidez en tu cabeza, como si se protegieran del viento que nacía de la tarde. Supusiste algunas nubes rojizas en que parte de su silueta se proyectaba como una marioneta gigantesca. Querías tocarla y extendiste los brazos, llorando y exigiéndole a tu dios una respuesta.

Meditaste largas horas sin resultado.

Él no existe sino en tus palabras cuando lo evocas y lo saludas. Hoy está dentro de ti, se ha fundido con tu espíritu. No dejes que se te escape; permítele ser tú y así aliviar tu carga.

Los últimos rayos del sol te devolvieron a la costa, donde su imagen divagó, donde te sentiste nuevamente separado, arrancado de alguna parte.



Así morirás. Te ofrezco una nueva historia...




No.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Envidia

Eran caminos inconmensurables, llenos de desvíos y bifurcaciones. Allí estabas parado sin saber hacia dónde dirigirte. Deseaste ser como ellos, tomar el camino más corto y ver la luz, pero algo dentro de ti, alguna sensación extraña, te lo impedía. Los túneles se hacían más extensos, llevándote por esquinas oscuras. Fue allí que te preguntaste si valía la pena marginarte y estallar mentalmente, si tus acciones rendirían frutos, si no era mejor escapar y compartir con ellos en la luz, alejado de los mortales.

Era inútil; la decisión ya estaba tomada. Había que seguir perdiendo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El último hombre

Septiembre. Las olas despertaban lentamente del hielo austral. El sol volvía a asomarse luego de meses de ausencia. La naturaleza renacía por inercia astronómica. Para nuestro guardafaros el tiempo adquiría nuevos matices, más llamativos, como si transcurriera más deprisa y quisiera perpetuarse en cada centímetro de tierra. Era la hora del mediodía, cuando el sol eliminaba las sombras de su cuerpo y lo devolvía al presente. Se preguntó si podía haber otros como él, existiendo en algún lugar distante, deseando con la misma intensidad, soñando, eliminando hechos, recreando situaciones maravillosas. Se preguntó si alguna vez llegaría a conocerlos. ¿Serían como él? ¿Cómo los reconocería?

Entró en su habitación abrumado por sus nuevos pensamientos, llenos de nombres y personas desconocidas, próximas a ser descubiertas y adquirir importancia. Surgía en él un propósito renovado; se prometió no descansar hasta convertir en realidad cada una de sus visiones. Y cuando lo lograra, sería el fin de su camino.

Desde su ventana contempló el cúmulo de arreboles que se revelaban frente a sus ojos. Miró hacia el cielo; las primeras estrellas le indicaron el próximo paso. "Algún día -se repitió a sí mismo observándolas-, algún día volveré con ellos..."