Dolerme por fragmentos a destiempo, anticipándome a cada ausencia, recibiéndome en algún recodo anómalo. Allí donde respiramos y podemos observarnos en soledad. Entonces evoco tus máscaras como un remedo de hechos nebulosos, sumergidos en lo más profundo del agua.
Tú, cuánto te recuerdo, cuánto atañes las cosas, cuánta vida ha de resquebrajarse para igualar el daño que podrías causarme. Y es que me obligas a proferir palabras humanas, tan tristes y sinceras, tan amargamente dulces...
Sé que, finalmente, serás tú quien gobierne desde lo alto la luz que repose sobre mis restos; y sé que, cuando emerjan mis palabras desde el océano, proclamarás de una vez por todas que la inocencia ha sido exterminada.
1 comentario:
hermoso wn
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