martes, 21 de abril de 2009

Absoluto

Así es como debo verlos: muertos, sólo para negarme la fantasía de amarlos alguna vez; para que, así, las distancias se concreticen. Nunca llegamos a saberlo todo, tal es nuestra perdición y motor de la vida. Es absurdo, para conocer algo es necesario matarlo o desvanecerlo; para alcanzar la perfección es necesario morir, enloquecer o vivir solo entre fantasmas o materia inanimada. Así, la felicidad no es más que un error estimable; la aproximación hacia algo que, a medida que creemos alcanzarlo, más nos damos cuenta de su lejana inexistencia.

No hay comentarios: